LOS 3 CASTIGOS CHINOS. ------------------------------------------------------------------------------------------------ Un hombre llegó a una posada y le preguntó al administrador si tenía un cuarto para pasar la noche. El administrador era un anciano de 120 años de edad recién llegado de Pekín. Este le respondió que sólo tenía un cuarto en el tercer piso junto al cuarto de su hija, y se lo ofreció, no sin antes advertirle que si le pasaba algo a su hija, le aplicaría los 3 castigos chinos. El hombre le aseguró que no iba a pasar nada y aceptó el cuarto. A la hora de la cena, bajó por la escalera una chinita de unos 16 años de edad, muy guapa y sensual. Durante toda la cena la chinita no dejó de mirar al hombre y éste no podía dejar de pensar en lo que le había dicho el anciano. Por la noche, la tentación fue demasiado fuerte para el hombre y éste pasó mucho, pero que mucho tiempo con la chinita... Cansado, volvió a su cuarto a descansar y se durmió. A la mañana siguiente, amaneció con una roca inmensa encima de su cuerpo con un papel que decía: "Plimel castigo chino: loca encima de cuelpo". El hombre pensó que si eso era lo peor que podía hacer el pobre anciano no iba a haber mayores problemas. Se levantó, cargó la roca y la tiró por la ventana. Al tirar la roca por la ventana vió otro papel en el marco de la ventana que decía: "Segundo castigo chino: loca amalada a huevo delecho". El hombre, al ver que la cuerda ya estaba llegando al punto en que más se estiraría, no se lo pensó 2 veces y se tiró por la ventana: mejor un par de huesos rotos que un huevo menos. Cuando ibaa cayendo por el segundo piso, leyó un gran cartel en la fachada que decía: "Telcel castigo chino: huevo izquieldo amalado a pata de cama".